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NO HAY «MUNDIAL» NI AGUA PARA LOS POBRES. El Gobierno Sudafricano gasta miles de millones en una «fiesta» ajena, mientras la miseria y la sed azotan el país

11 junio 2010

FIFA Y GOBIERNO SUDAFRICANO

Primero es el fútbol; después (sin plazo definido…), el hombre

En un país en plena recesión, sacudido por la violencia y la delincuencia, donde un cuarto de la población es pobre y no tiene acceso al agua potable y otros servicios básicos, marcando ominosas desigualdades entre razas y clases sociales, se celebra este año el Mundial de fútbol.

Sudáfrica es, no obstante, la primera economía de África, lo que -tratándose del continente más pobre, explotado, expoliado y arrasado del planeta- no es decir gran cosa. En todo caso, la FIFA (el organismo rector del fútbol mundial) ha montado su CIRCO mediático-económico-deportivo en el que es, prácticamente, el único país del continente negro que «se puede mirar a la cara» (pues no era posible ni decoroso montarlo entre chozas, guerras, epidemias y niños muriendo de inanición).

Así pues, la Copa del Mundo de 2010 se disputa en un lugar más conveniente; un lugar además barato, donde las autoridades están complacidas y bien dispuestas a recoger las migajas del festín, tras haber realizado previamente -eso sí- una enorme inversión económica para hacer «un lavado de cara» al país, que permitiese (al menos en las ciudades-sede de los partidos) «dar el pego» ante el mundo, a través de la televisión. Porque, por supuesto, la inmensa mayoría de los telespectadores serán oriundos de las naciones y continentes que pertenecen al llamado «primer mundo», donde al parecer hay seres humanos de primera clase  y, en consecuencia, el resto de la Humanidad -se supone que seres humanos de 2ª, 3ª o 4ª clase- no entra en la fiesta, porque no puede pagar la entrada. Ah, se siente; mala suerte. Al fin y al cabo el fútbol también -y sobre todo- es un gran negocio (uno enorme, que mueve miles y miles de millones al año), además de un extraordinario instrumento de entretenimiento y distracción de masas; algo por otro lado muy necesario en estos tiempos tumultuosos, donde los poderes fácticos nos hacen el favor de enfocarnos en cosas más amables y excitantes que aquéllas en las que ellos se ocupan intensamente (siempre para nuestro mayor bienestar, claro que sí).

Por su parte, el Gobierno Sudafricano asegura que el fantástico evento -por ejemplo- ha generado y mantendrá en el futuro muchos puestos de trabajo, así como será decisivo para mejorar la seguridad en el país y, seguramente lo más importante -según afirman-, generará «felicidad» en la población. Bueno, la idea no es mala del todo; lo que pasa es que este tipo de bocadillos de ilusión se acaban antes o después, y la gente corre el riesgo de comerse los dedos a mordiscos.

En cualquier caso, el «celebrar» estos costosísimos juegos circenses en el continente más masacrado de la Tierra, auspiciados por unas gentes extremadamente ricas y jugados por deportistas cuyos desorbitados sueldos servirían en conjunto para cubrir las necesidades mínimas de subsistencia de millones de personas a lo largo y ancho del planeta… la verdad, me parece como una broma de mal gusto, de muy mal gusto; de pésimo gusto. En realidad lo encuentro criminal (lo es, lo es); palmaria y cruda manifestación de esta demencial y aberrante civilización, organizando y presenciando divertidos partidos en la cubierta del Titanic que realmente es, mientras la popa se va elevando rapidamente, sin que ello suponga para los entusiastas deportivos más que el enojo de saber que la pelota tiende más a una portería que a otra. «¡No es juego limpio, el partido está amañado, el árbitro está comprado!»

Pero lo que les pase a otras personas (miles de millones) en otros lugares más o menos remotos del planeta (o a tres pasos, en la esquina) no es de la incumbencia de nadie; y mucho menos de estos empresarios y negociantes del fútbol, ni de los directivos de los clubes, ni de los entrenadores ni deportistas; ni de los millones de telespectadores que reclaman su derecho a divertirse, a ver su fútbol (o sus toros, o sus reality shows, etc), sin que nadie les amargue su merecida distracción, aún cuando puede que mañana muchos de ellos ya no tengan dinero para pagar la factura de la luz o les echen de sus trabajos o de sus casas, a la calle. No va con ellos la cosa, no. La responsabilidad es «de los que están arriba», «de los que están preparados», «de los que saben». Y de cualquier arreglo o fracaso o desastre tienen que encargarse «nuestros representantes», «los que pueden hacerlo», «los que lo causaron»; aunque en la espera los ciudadanos carguen de lleno con las consecuencias, paguen siempre los platos rotos, y se empobrezcan, enfermen o mueran.

En este paradigma (por fortuna moribundo) del «sálvese quien pueda» y del «que cada palo aguante su vela», las personas ajenas a la familia biológica y al círculo de allegados, no cuentan. Sencillamente, no cuentan. Pueden pudrirse. No importa que también sean seres humanos, con un corazón, con unos sentimientos, con sangre roja en sus venas y lágrimas cristalinas en sus ojos. Con padres, con madres, hermanos e hijos. Todo esto no significa nada, esas cosas al parecer no les convierten en familia nuestra, en hermanos, en parte de nosotros.

Permítante ahora, señores de la FIFA, y los clubes, deportistas y aficionados todos, permítanme ser un poco ingenuo, ya sé que estas cosas no son rentables, ni tan vibrantes o espectaculares como un partido de fútbol de la Copa del Mundo, pero… ¿para cuándo organizar un Mundial de Provisión Humanitaria (al menos uno cada cuatro años, al menos en un país), donde esa ingente cantidad de miles de millones sean dedicados a crear infraestructuras básicas y proveer y abastacer a TODA la población de los bienes y suministros de primera necesidad? Disculpen de verdad mi impertinencia, mi atrevimiento, pero ¿no es esto completamente ineludible, se mire por donde se mire? ¿No ha de ser esto una prioridad absoluta, a materializar sin dilación? Por todo lo que más quieran, ¿no están la vida, la salud y la dignidad humanas por encima de cualesquiera otros intereses económicos, industriales, políticos o deportivos? Sí o sí.

Por un mínimo de humanidad y decencia, señores del deporte mundial, empresas, gobiernos, y aficionados al fútbol en todo el mundo: dediquemos por favor estos enormes esfuerzos económicos, logísticos y publicitarios, y nuestra atención prioritaria, a lo que es fundamental e indispensable. Y luego ya podremos hacer todos los mundiales de fútbol que queramos. Y entonces sí, sabrán a gloria; en vez de dar arcadas.

Freeman, Liberación AHORA

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Empaña pobreza el sueño sudafricano

En GLOBAL MEDIA

El mundo… ¿está de fiesta? Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica

En Costa Rica Hoy

¡Sí, sí el Mundial! El mayor evento del mundo se jugará por primera vez en Sudáfrica, un país que combina la riqueza con la más paupérrima pobreza.

En Voanoticias.com

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La “Guerra del Fútbol” entre Prisa-Bilderberg y Mediapro-Zapatero llevará al despertar de España

En Rafapal

11 comentarios
  1. 14 junio 2010 9:53 AM

    Así se habla! Cuanta injusticia… Pan y circo para el pueblo, claramente.
    Mi más sincera enhorabuena por la labor tan importante que desempeñas, Sr. Freeman. Juntos somos más. Unidos podemos.

    Un gran abrazo

    • 16 junio 2010 2:08 AM

      Muchas gracias Wen, tu luz de consciencia hará despertar otras luces a tu alrededor. Claro que sí, unidos podemos, y somos más. 🙂
      Por cierto, recomiendo a los lectores visiten tu web, donde podrán apreciar magníficas ilustraciones, auténtico arte armónico, emanación de energía femenina, que tanta falta hace.
      Preciosa la imagen de los «guisantiños», ejejjejejee.

      Un abrazo grande,
      Freeman

  2. 14 junio 2010 3:53 PM

    Freeman, está tan claro que no tengo que agregar nada. Es eso, la obscenidad y la opulencia de una fiesta para los mismos pocos de siempre.
    ¿Tal vez el último mundial de una sociedad dormida? Ojalá.
    Saludos.

    • 16 junio 2010 2:09 AM

      Creo que sí, es el último mundial de una sociedad dormida. Un abrazo Javi.

  3. 16 junio 2010 9:09 AM

    Muchas gracias a tí, Freeman! me hace enormemente feliz que te hayas pasado por mi blog, y que además ¡te haya gustado!
    Animo a todo el mundo a que deje que su ser se exprese… Todos nacemos con gran talento!
    🙂

    Que la luz nos envuelva… Abrazos

    • 18 junio 2010 1:11 AM

      Sí que me gustó, porque es un arte que enriquece, que crea, nutre y armoniza, un arte conectado a la Vida, conectado a la energía de la Diosa.
      Ya lo verá todo aquel que visite la web de wen, digo la wen de web, jajaja ejjejeje

      Que la luz nos irrigue a todos (jajaj ejejjee, juegos de palabras-Freeman),
      Abrazo grande y bendiciones,
      Freeman

  4. gloria permalink
    6 octubre 2010 11:35 PM

    el contenido del articulo dice solo y nada mas que la verdad, solo deja de mencionar que la miseria africana es un negocio fructifero para la corrupcion de su clase politica, ya que es bien sabido que este continente recibe millonarias ayudas en dinero, alimentos y otros especies… sin embargo su clase dirigente se encarga de desviar estas ayudas convenientemente para sus bolsillos… asi que este circulo es vicioso y ha sido asi por decadas

    • 10 octubre 2010 3:36 AM

      Gracias Gloria por compartirnos sus atinadas impresiones, que comparto por completo. Afortunadamente, todo lo que está construído sobre pilares podridos, termina cayendo antes o después. Y la caída de este sistema no sólo es segura, sino que está sucediendo ahora, al ritmo que crece la conciencia del colectivo y a medida que la Tierra se sacude toda la porquería con sus cambios geológicos, asistida por el sol (la causa del cambio climático, en vez del C02 de esos usureros de Al Gore).

      Un cordial saludo,
      Freeman

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