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«PARA CAGARSE»: aditivos alimentarios «legales» y sus efectos diarréicos

25 agosto 2012

DIARREAS SALVAJES PROVOCADAS POR ADITIVOS ALIMENTARIOS

Por Josep Pàmies

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Me he decidido a hacer este artículo dada la creciente cantidad de personas que me consultan si puedo saber a qué se deben las diarreas que, con perdida del control de los esfínteres anales, provocan situaciones dramáticas de hacerse las deyecciones encima en plena calle, sin posibilidad alguna de frenarlas.

Hoy por suerte me ha visitado un afectado con bastante información.

Estaba tan indignado que para hacer creíble la historia me llevaba fotografías del estado lamentable en el que se ha encontrado más de una vez. Las fotos correspondían a las veces que las diarreas -por suerte- le han venido estando en casa, evitando las situaciones vergonzosas de padecer el ridículo público.

Esta persona durante 7 años ha ido atando cabos y ha podido observar que cada vez que ha tomado productos conservados al vacio “enriquecidos” con diferentes gases y aditivos le ha ocurrido esta desgracia, que le dura unos días y después vuelve a la normalidad.

La mayoría de las veces lo asocia a carnes y pescados de determinados operadores alimentarios industriales, tratados con aditivos químicos o gases de conservación.

Cuando las carnes y pescados los consume frescos de carnicerías o pescaderías de confianza, no tiene ningún problema, pero cuando en restaurantes le han servido, sin él saberlo, comidas elaboradas por catering industrial, también se le repite la misma historia.

Incluso con setas (robellones o níscalos) llevados de países terceros, si han sido transportados para permitir su conservación, en cajas selladas y tratadas químicamente, también ha sido igualmente afectado.

Los tratamientos siempre son con aditivos legales, Nitrógeno, CO2, ácido sórbico, nitratos, etc, pero lo cierto es que cada día hay más personas  sensibles y afectadas por esta comida industrial y deshumanizada.

Pensemos, pues, en cómo nos oponemos a este alimento manipulado que acaba siendo peor que basura.

Pensemos en los niños que comen cada día en muchos comedores escolares con comida zombi hecha hace meses y conservada con gases y aditivos “legales”.

Pensemos en los enfermos de los hospitales y ancianos de las residencias que tienen que comer la mayoría de esta comida basura producida por industrias alimentarías sin escrúpulos y elaborada por catering, donde lo que prima es el precio y el beneficio por plato.

Es hora de que empecemos a rechazar tanta ingeniería alimentaría y volvamos a alimentarnos de forma más natural, con productos frescos y de proximidad y a poder ser ecológicos, porque estas diarreas y otras enfermedades peores provocadas por esta alimentación, no tendrán nunca un responsable, porque actúan con el derecho de la legislación actual que los protege.

Fuente: Josep Pàmies blog

Reedición de Freeman

También, en Josep Pàmies blog: AUTISMO, CAUSAS Y POSIBLES SOLUCIONES

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    Arriba, imagen del «Ecce Mono», la revolucionaria «restauración» que la bienintencionada octogenaria Cecilia Giménez hizo sobre un fresco original de Elías García Martínez, en el Santuario de la Misericordia, en Borja (Zaragoza, España).

    Muy a pesar de la autora (a quien hay que comprender, respetar y proteger), su obra la superó de un modo que no deseaba, y el Ecce Mono cobró vida propia y se convirtió por sí mismo en un fenómeno tanto sociológico como (naturalmente) artístico, erigiéndose ya como un icono-hito-meme de imposible catalogación, a caballo entre el pop-art, el dadaísmo, el surrealismo, el tremendismo y la astracanada.

    Por todo ello, merece ser conservado para la posteridad (por lo demás, la obra original ya no hay dios que la salve, pues quedó hecha un Cristo).

    Así pues, si bien es lamentable la pérdida de la obra original de Elías García (aunque de un modesto valor artístico, y no catalogada), más lamentable aún sería perder la revolucionaria adaptación-restauración-versión de Cecilia; y del mismo modo sería inaceptable permitir la vituperación pública de la anciana autora, muy afectada por lo sucedido.

    Es, por otro lado, casi inevitable no sonreir o reir abiertamente con la anécdota en sí, y con la sóla visión del Ecce Mono; pero hasta ahí.

    Freeman-Liberación Ahora

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