Dossier 25-S: MADRID «a la Griega». Masiva manifestación rodeó el Congreso y degeneró en violencia. Gran número de heridos y detenidos, tras la represión indiscriminada. Amplio Editorial: «25-S y jarabe de palo»

Dos imágenes de las protestas masivas del 25S en Madrid, que continúan a pesar de la represión estatal

25-S y jarabe de palo

Freeman, Liberación AHORA | La multitudinaria manifestación de protesta -convocada con carácter pacífico- que, bajo el lema general «Rodea el Congreso», transcurría con normalidad en Madrid el día martes, comenzó a caldearse a medida que caía la tarde, debido a los actos vandálicos y de sabotaje cometidos por grupos de civiles descontrolados (pero bien organizados) y maleantes, amén de los provocados, instigados y perpetrados por elementos parapoliciales y por infiltrados de la propia policía. La movilización acabó en la noche con fuertes e indiscriminadas cargas policiales (prendieron hasta a sus propios compañeros infiltrados) y profusión de altercados que dejaron -oficialmente- un saldo de 64 heridos (27 de ellos policías) y 35 detenidos.

Conviene siempre -y máxime en momentos como estos- reflexionar sobre lo acaecido y procurar extraer y compartir algo de la profusa enseñanza que deparan, a nivel social e individual, experiencias duras e intensas como esta. Está bastante claro a estas alturas de la película que, a pesar de que las plataformas y movimientos ciudadanos tratan con ahínco de preservar la naturaleza pacífica de estos eventos, y se desmarcan una y otra vez de la violencia de unos y otros (camorristas civiles e infiltrados estatales), el estado tiene muy amplios recursos (humanos, medios, económicos) y toda la experiencia del mundo para sabotear y conducir las movilizaciones sociales hacia los derroteros que a la élite dirigente le interesan.

Cuando el estado no puede aplicar estrategias más sutiles o suaves para frenar la disidencia, dichos derroteros consisten principalmente -como es cada vez más obvio- en la creación artificial de un escenario de caos, violencia y terror, con la consiguiente manipulación mediática-institucional que genera desencanto, frustracion y fatiga en los sectores activistas y contestarios de la población, así como rechazo visceral -hacia los mismos-, resignación y distracción en los sectores más alienados y sumisos (que son la mayoría en nuestras sociedades occidentales).

En este sentido, qué decir que no hayamos dicho ya de las fuerzas represoras del vigente régimen constitucional, tan sumamente ejemplificadas y personificadas en los llamados agentes antidisturbios («generadisturbios» sería la descripción más adecuada). El mejor de ellos sería un inconsciente terriblemente desinformado y -a juzgar por las imágenes y las denuncias interpuestas, actuales y pasadas- el perfil medio del integrante de esos cuerpos parece responder al de un matón-cabeza cuadrada, devoto y fanático estatólatra, encargado de hacer el trabajo sucio para el estado, vendiéndose de esta forma por un jornal, por un salario.

Los antidisturbios se muestran, por sus hechos, como la peor vergüenza y miseria de una institución -la policía- que por causa del salvajismo servilista de aquellos desalmados (y de la pasividad y connivencia negligente del resto) ha sido dañada y manchada en su imagen ante la población civil, quizás de forma irreversible. Una institución ésta que, a pesar de contar entre sus filas a no pocas personas de probada nobleza, ética y servicio a la sociedad, ha quedado de facto reducida a ser el apéndice ejecutor de la violencia estatal, al servicio de la élite corporativa.

A la policía -y al ejército-, mantenidos con fondos públicos extraídos (o mejor dicho, robados) mediante los impuestos aplicados a la población, se les supone como los defensores del pueblo frente a criminales o agresores internos o externos (incluyendo, por supuesto, a los de traje, corbata y título). Pero la realidad de los hechos -consumados y reportados a diario a pesar de la censura y manipulación oficiales- demuestra justo lo contrario. Esto es completamente inaceptable, y ya en su día instamos en carta abierta a ese colectivo a una profunda y responsable reflexión y replanteamiento de su naturaleza y funciones.

Pero, una vez más, sin importar el número ni la calidad de los llamamientos y propuestas de reflexión que se les formulan desde todos los ámbitos, ellos (directivos, oficiales y subordinados) perseveran -en su mayoría- en mantererse fijos en su torcida y abusiva posición, cada vez que reciben y ejecutan las inicuas e ilegítimas órdenes e instrucciones de represión sobre el pueblo, por parte de sus superiores, del Consejero regional correspondiente, del Ministro del Interior o del Presidente de la nación. Muy craso error cuyas consecuencias no hacen más que comenzar a desplegarse (y los que de entre ellos tienen aún conciencia y humanidad, lo notarán también en forma de crecientes remordimientos e insomnio).

Por su parte -y como ejemplo de una clase política putrefacta y desfachatada-, la secretaria del Partido Popular (en el Gobierno), María Dolores de Cospedal (una política Bilderberg), compara la movilización del 25S con la intentona golpista (presumiblemente «auto-golpista») del 23F  de 1981, mientras que desde el propio Gobierno se elogia «la magnífica actuación policial» del martes, mostrando todo ello como, nuevamente, el estado se ríe a la puta cara del ciudadano, del pueblo, de la gente, del rebaño…

Porque puede. Ya que la sociedad se presta a ello, incluso desde los mismos sectores que impulsan las protestas, al empeñarse y continuar cayendo en la abdicracia, en la cesión irresponsable e imprudente de su propio poder y soberanía, esperando que aquellos que se reúnen en el Parlamento los representen algún día.

Así es que, como en el 15M, las masas aún persisten en su dinámica de pataleo, cabreo y exigencia de una mejor tutela por parte de sus dirigentes, de sus pastores. Esto evidencia, lo hemos dicho muchas veces, una clara inmadurez de la sociedad (y, por tanto, del individuo medio), que permanece en el paradigma de la falsa representación política del parlamentarismo constitucionalista; de la dependencia y el desempoderamiento que lloran por recuperar algunas migajas del fraudulento -y neciamente reivindicado- estado de bienestar de antaño, que no es más que el mismo estado que hoy los apalea sin miramientos (sólo que con menos fondos y mucha menos paciencia). Y es que, aunque el fascismo (o totalitarismo) se vista de seda -y de mil justificaciones artificiosas-, fascismo se queda.

Sin embargo, los manifestantes mayormente sí tenían una consigna o serie de consignas muy razonables, de sentido común, y que venían a exigir sencillamente la dimisión en pleno de todos los diputados del Congreso, meras marionetas al servicio de los poderes económicos y mercantiles; agentes de un poder ilegítimo a causa de su sistemática y generalizada quiebra y conculcación de los Derechos Humanos más elementales. Ya tiene que quedar muy claro que, en esas circunstancias -las actuales- la desobediencia civil pacífica no sólo es un derecho inalienable, sino también un deber para toda persona responsable e íntegra.

Pero luego, con la disolución de las Cortes, también los manifestantes pedían -piden- la apertura de un proceso constituyente que, a través de consultas populares y reformas legales, desembocara en un estado más democrático y eficaz. De nuevo, papá estado. Más dependencia, más abdicracia, más alienación, más sumisión, más estafa… y -siempre asegurados- más abusos.

¿Cuántas más dosis de jarabe de palo son necesarias para que el conjunto de la sociedad asuma su responsabilidad -individual y colectiva- y se decida a tomar las riendas de su destino, recuperando su propio poder y soberanía, para avanzar en la autogestión en todas las áreas, y el autogobierno por asambleas populares omnisoberanas?

Entendemos que la fase pasiva y desempoderada del pataleo y lloriqueo hacia papá-estado ha de ser superada, por consciencia y difusión acerca de los proyectos e iniciativas autogestionados, cooperativistas y asamblearios que ya se están aplicando en la práctica, en número y calidad creciente, en toda la península ibérica. Es preciso dejar de golpear en vano contra la pared del establishment, y comenzar de veras todos a construir activamente la sociedad más humana, sensata, justa, solidaria y armónica que anhelamos. En realidad, nunca hubo un momento histórico tan propicio como este para acometer un emprendimiento tan integral, profundo y -por ende- revolucionario.

Mas si desde esta perspectiva nos fijamos en los manifiestos y reivindicaciones de la generalidad de los movimientos y plataformas impulsoras del 25S, salta a la vista que -a pesar de las buenas intenciones y de las grandielocuentes y voluntaristas frases y conceptos vertidos- representan todavía el viejo paradigma, pues a la postre sólo plantean un reformismo superficial, manteniendo el aparato institucional del estado (dominación-sumisión) y el estado mismo, con la falsa representación política (parlamentarismo partitocrático), pidiendo una nueva constitución, ley electoral modificada, etc.

Se trata por ello de una mayoría de personas que -en definitiva- aún quiere seguir cediendo su poder a otros «representantes», y pasan mucho (o no se les pasa por la cabeza) de autogestionarse integralmente y autogobernarse, decidiendo libre y directamente en asambleas soberanas, materializando así una genuina democracia (gobierno o poder del pueblo), donde los ciudadanos se unen, vinculan y confraternizan desde lo que es básico y común a todos, superando así la trampa de las ideologías y sectas políticas, y prescindiendo -por tanto- de falsos intermediarios y parásitos afines.

Tales manifestantes aún necesitan tutores para todo, no desean tomar las riendas de sus vidas, ni como individuos ni como colectivo. No van a las raíces de los problemas, no plantean una regeneración o transformación profunda de la sociedad en todos sus esquemas; sólo plantean la crisis en los más reduccionistas, parciales y superficiales términos políticos, económicos, ecológicos… no miran en serio o no quieren ver el gravísimo problema que supone la severa degradación del individuo -en tanto base de la sociedad-, por la acción devastadora del binomio estado-capital; desestiman o simplemente ignoran lo relativo a la dimensión humana, lo espiritual, la virtud, lo referente a la libertad de conciencia y decisión -aspectos sustantivos del ser humano- que está en juego, en las raíces mismas de la caótica situación global.

Son los «nuevos rebeldes» de hoy, ayer conniventes acomodados que no abrían la boca porque tenían dinero en sus cuentas corrientes. Esta gente tiene que madurar mucho todavía. Empero, tras las nuevas dosis de jarabe palístico del 25S (y de los días que están por venir, ya que el movimiento -y la crisis- continúan), a buen seguro habrá ya muchas más personas con una mayor comprensión y consciencia acerca de todas estas cuestiones, comenzando por tanto a estar en disposición de iniciar sendas alternativas más maduras y responsables, reconocibles por la integridad, ética y rigor de sus fundamentos de autogestión y autogobierno populares, asamblea, cooperativismo y ayuda mutua, relaciones e intercambio basados en la confianza y proximidad, servicio desinteresado y autosuficiencia comunitaria solidaria.

Todo ello a través de los proyectos e iniciativas que son ya el germen manifiesto de una nueva sociedad -en verdad, una nueva civilización, en fase embrionaria- que nace de las cenizas de esta.

Va siendo, entonces, buena hora de dejar el jarabe de palo, y tomar esa misma cucharilla como instrumento para laborar la tierra (aportando cada uno su granito de arena, según sus posibilidades) de esa nueva y mejor sociedad que tantas personas sentimos en nuestros corazones y visualizamos y proyectamos en nuestras mentes. Un enorme cambio global que, desde luego, podría tomar largo -quizás muy largo- tiempo; pero que con seguridad comienza ahora a materializarse (y sólamente puede hacerlo) con el cambio o transformación interior de cada uno de nosotr@s.

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25-S, Galería de videos e imágenes:

Alberto Casillas, camarero del Prado, uno de los héroes de la jornada, impide a los antidisturbios entrar en el restaurante donde se refugiaron manifestantes. Foto de Javi Julio

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Fuente videos e imágenes del post: YouTube y Google Imágenes

Compilación de Freeman

EN CUANTO ALGUIEN COMPRENDE QUE OBEDECER LEYES INJUSTAS ES CONTRARIO A SU DIGNIDAD DE HOMBRE, NINGUNA TIRANÍA PUEDE DOMINARLE.

Mahatma Gandhi

Ante situaciones y órdenes manifiestamente injustas, abusivas y dañosas, emanadas de órganos y autoridades que por tales hechos son ilegítimas, la desobediencia civil no sólo es nuestro derecho inalienable, sino también nuestro deber, en tanto que personas íntegras, responsables de nuestros actos y omisiones.

Freeman

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Consciencia e integridad, nuestra respuesta

¿Qué se hace cuando la ley y las supuestas autoridades amparan la injusticia más flagrante y protegen a los mayores corruptos y criminales? ¡REBELIÓN! 

Así, desobedecemos pacíficamente las órdenes y directivas emanadas de órganos y autoridades ilegítimas, por causa de la manifiesta violación, quiebra y conculcación -por parte de los mismos- de los más básicos y elementales derechos de los seres humanos.

Nos empoderamos como individuos y como sociedad, recuperamos nuestra soberanía, nos autogestionamos en todas las áreas, cooperamos en igualdad y decidimos directamente en asambleas, prescindiendo de falsos representantes y de todo el arbitrario y represivo aparato estatal de dominación.

NO SOMOS ESCLAVOS NI SÚBDITOS. SOMOS SERES HUMANOS.

No necesitamos ningún permiso -por parte de ninguna otra persona u organismo legal, político o militar- para SER y REALIZARNOS como lo que ya somos. Simplemente nos basta con ser CONSCIENTES de ello, y rechazar toda acción o maniobra externa y abusiva que pretenda negárnoslo.

Asumimos lo que somos, así como nuestra soberanía individual y colectiva, resueltamente y en paz.

LA PAZ DE SABERSE Y SER ÍNTEGROS.

Freeman

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• ¿QUÉ PASA SI TE DIGO QUE TODOS ESTOS PUNTOS ESTÁN SIENDO YA REALIZADOS CON ÉXITO -YA, HOY, AQUÍ Y AHORA- POR UN SECTOR CADA VEZ MÁS GRANDE DE LA SOCIEDAD, UNA MASA CRÍTICA CONSCIENTE E IMPARABLE, QUE CRECE ACTUALMENTE EN PROPORCIONES EXPONENCIALES?

(Extracto de ¿QUÉ PASA SI?, puntos 44-50)

• UN PROGRAMA DE ACTIVISMO SOCIAL PARA EL CAMBIO DE PARADIGMA

  • ESTÁ EN NUESTRAS MANOS. Ya está aquí “¡REBELAOS!”, publicación por la autogestión y transformación social
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  • “¿QUÉ PASA SI?”. OTRO MUNDO ES POSIBLE. ÚNETE A LA VISIÓN
  • ARQUITECTOS DEL NUEVO MUNDO, de Víctor Brossa
  • LEVÁNTATE, HUMANIDAD -Por la Vida, la Paz y la Verdad-, de OmHaver

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Hace falta ser muy inconsciente o muy “hij@puta” -o ambas cosas- para defender y apoyar la continuidad (con o sin “reformas” o maquillajes) de este sistema global socioeconómico y político, que esclaviza y destruye de forma despiadada a la Humanidad y al planeta entero.

Freeman